Es increíble la cantidad de huertas que tiene esta gente, regadas por inundación (un auténtico derroche) pero por aquí...sobra el agua. Excelentes tomates, maíz, judías, calabacines, alcachofas y todo tipo de frutales.
El camino discurre entre estas tierras de regadíos y el Ebro, fácil de rodar cuando no están tapizadas de cantos rodados y divertidos cuando son entre cañaverales infinitos (la sensación de estar en un "tren de la bruja" con continuos escobazos).
Un saludo para las trabajadoras del hospital sin cuya abnegada labor no sería posible su funcionamiento.
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