Chiprana- Mequinenza...la más bonita hasta ahora: se trata de recorrer el embalse siguiendo los caminos de tierra (sólida) que lo bordean, rápidos a veces, lentos en otras, pero preciosos siempre. En este tramo el embalse es verde de lejos y trasparente de cerca, islas, penínsulas, algún pescador desde barca y toda una inmensidad para nosotros solos (no nos cruzamos con nadie).
Enormes meandros plantados en su tierras de nactarinas y melocotones.
Incidencia: en un punto perdimos el camino del GR 99 y nos adentramos en una inmensa península que...no tenía lógicamente más salida que la que tomamos al entrar, así que después de charlar con los trabajadores de la explotación hortofrutícola La Herradura, y degustar los deliciosos frutos, tuvimos que regresar por donde habíamos venido hasta alcanzar la carretera por una empinada pista.
Acabamos en Lake Caspe, un camping a mitad de la etapa, aquí nos dimos cuenta de que había que hacerla en dos veces, dada la inmensidad de entrantes y vaguadas, que tiene el embalse.
Comimos en el camping y en furgoneta nos vino a buscar Fernando para llevarnos al hotel de Mequinenza donde pernoctamos después de cenar unas ensaladas en su plaza y casi tragarnos dos cristales que venían con ellas (qué susto).
Un paseo al atardecer por la orilla del embalse nos permitió charlar con los pescadores e informarnos sobre el siluro especie piscícola en la que basa arte de su economía esta población. Los pescadores curiosamente de Bilbao, nos enseñaron las fotos de dos de sus capturas: de 62 y 100 kg de peso.
Incidencias: Hubo que esperar a que liberase la vía una carrera ciclista que pasaba por esa carretera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario