Desde Sástago hasta Caspe, bastante dura, el calor hizo que se acabaran pronto las bebidas sin poder reponerlas por no haber dónde. Camino tortuoso poco señalizado o invadido por la vegetación. Todo ésto hizo que la llegada a Caspe quedara anulada por decisión general. Después de dejar el cafe "El Mirador" sin cerveza y tras las ensaladas de rigor, la mayoría decidió quedarse en la casa rural de Chiprana a descansar o ir a la piscina (a Fernando le encanta eso de nadar), mientras, el chaval y Manu se fueron a reparar un freno y de compras a Caspe.
Destacar que la casa rural Villa de Chiprana...magnífica y muy recomendable por calidad y precio.
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